19 dic 2008

Jo, Jo, Jo.

Este pobre hombre está algo cansado; o quizás, solo esté agobiado por el ajetreo de vida que lleva. Sin embargo, estamos en Navidad, y lo cierto es, que esta época no solo se trata del nacimiento de Jesús, no son los regalos, la paz o la alegría; no se trata simplemente de vacaciones, salidas o recuerdos. La Navidad significa dos cosas: FAMILIA y ESPERANZA.

Este tiempo no se trata de simbología o de costumbres, se trata de lo que cada uno de nosotros lleva dentro, en el corazón. No sé, quizás mi raza se extingue cada día frente a la apatía y la incredulidad; vivimos en un mundo donde todo lo que importa es la apariencia. Y la pregunta más tonta quizás es la primordial: ¿Qué tienes tú para dar? Das amistad, das amor, das perdón, das una mano al que la necesita, pero sobre todas las cosas, te das a ti mismo una oportunidad.

Algunas personas se sienten tristes en esta época, por aquellos que ya no están a su lado: familiares, amigos, etc., y eso es normal y está bien. Pero la vida es un don maravilloso en el que a veces olvidamos que, casi siempre, podemos comenzar de nuevo. A veces, las personas se aíslan en estas fechas por temor al rechazo, o para que el tiempo pase más rápido y así volver al ritmo de vida habitual. Sin embargo, dejar pasar una Navidad, es dejar pasar una oportunidad para vivir nuevamente.

Yo fabrico magia, no hago milagros. Me gusta construir mis sueños, sin que me importe en lo más mínimo la incredulidad de los demás; de ahí que me encanta esta época como forma de visualizar lo que quiero en un porvenir cercano. Quizás veo el mundo de una forma distinta a la de muchas personas, o tal vez sea que no veo una gran diferencia entre como es algo y como podría ser. Pero lo cierto es, que la Navidad es una época en que todos somos magos: vivimos de la magia de compartir. Solo hace falta una sola oportunidad para ser feliz; un solo momento para tomar la decisión correcta; y, un solo respiro, para encontrar el amor nuevamente.

En la vida, los recuerdos son sumamente importantes, son nuestra historia. Sin embargo, vivir de recuerdos es como vivir de sueños: te aferras a lo que ya no está, o a lo que nunca existió. Vivir, se trata de tomar las decisiones que creemos correctas en un momento dado de nuestras vidas y seguir adelante. Sé que el cambio da miedo, eso es una condición natural inherente a todo ser vivo y se le llama instinto de supervivencia. Sin embargo, vivir se trata de saborear la vida. Todo esto se resume en una pequeña palabra llamada: Esperanza. Solo hay que decidirse a comenzar de nuevo. Debemos ver el mundo con nuevos ojos y dejar atrás todo aquello que no nos deje continuar hacia adelante. Si alguien se siente triste por algo que ya no es o por alguien que ya no está: no se preocupe. Mire hacia delante, y en el camino ¿Quién sabe? y encuentre la respuesta que buscaba.

A mí, me fascina la Navidad, así que solo diré: Jo, Jo, Jo.

4 dic 2008

Un Poco de Escritura.


Hace unos días, una querida compañera de sufrimiento intelectual (estudios), fue vestida y maquillada de rojo a clases, y basta decir que se veía preciosa: desde el aire que rozaba su pelo hasta el suelo debajo de sus pies.

Cuando la miré ese día, despampanante como el pétalo de una rosa, a pesar de mi aparente inmutabilidad (externa), llegó a mi cabeza, el brindis de la película “Hitch”, que proviene de una adaptación de un brindis irlandés, que a su vez se originó en una canción también irlandesa, y me puse a escribir la idea, que quedó más o menos así:

"No mientas, no robes, no engañes y no tomes. Pero, si has de mentir, miente en nombre del amor que yace entre tus brazos; si vas a robar, roba el corazón de la mujer que amas; si has de engañar, engaña a la muerte cuantas veces puedas; y, si vas a tomar, recuerda brindar por aquellos momentos que te han quitado el aliento".

No sé, quizás sea cierto: "La vida no se mide por cuantas veces respiras (tiempo), sino por los pequeños momentos que te han quitado el aliento".