15 ago 2011

La Bête du Gévaudan… y la licantropía.


Aspiro a ser un hombre de Ciencia. Pero, siempre trato de tener la mente abierta, ya que si hay algo seguro en esta vida, es que nadie tiene una verdad absoluta de las cosas. Toda regla, siempre tendrá, al menos, una excepción. Desde niño me han intrigado las cosas “raras”, puesto que me fascina resolver y encontrar las respuestas de las “cosas” (es una obsesión, lo reconozco), y en fin, la criptozoología y la criminalística siempre han sido parte de mis “entretenimientos”.

La cuestión en sí de este post es la Bestia de Gévaudan (Francia), si usted no sabe lo que es, es simplemente el origen de la leyenda del Hombre Lobo (Hollywood). Los licántropos (Hombres lobo) y los vampiros siempre han estado presentes culturalmente en nuestras sociedades; pero, en la última década, Hollywood (y el cine, en general), nos han “bombardeado” con hombres lobos y vampiros a un nivel interesante, psicológicamente hablando (hay incluso subculturas orientadas bajo ciertas “creencias”). Ya haré el post de los “chupasangre”, el amor perdido y la inmortalidad… del cangrejo. Pero, ahora me centro en esta leyenda, por ser el “origen” de los “Hombres Lobo”.

El tema parece sencillo, pero, la verdad, es algo complicado. No porque quizás la iglesia se inventó todo para proteger sus intereses (Realeza, o matando unos cuantos para crear terror (y salvación divina)); o porque eliminaron a todos los lobos de la zona (ignorancia); o, porque todo fue un engaño engrandecido por la histeria colectiva; o, simplemente, por los ingresos del “turismo”. El tema es objeto de estudios profundos, aún hoy en día, de ahí mi interés y mi granito de arena; ya que, pocas veces en la vida, la ignorancia puede ser considerada como dicha. Sin embargo, nadie tiene todas las respuestas, por lo que nuestro trabajo de investigación consiste en armar las piezas del “rompecabezas”.

Comencemos por las tribus indígenas “americanas”, y su gran respeto a la naturaleza (nuestro continente). En Norteamérica, tenemos un origen en cuanto a la licantropía aún más antiguo que el francés, pero de origen distinto (lo digo yo). Si han estudiado tribus antiguas (otro pasatiempo, sin sentido), comprenderán que al hablar de “espíritus” en esas tribus, no nos referimos a “fantasmas”, sino al ALMA que existe en cada cosa (bosque, árbol, animal, piedra, etc.). Cuando hablamos de culturas indígenas norteamericanas (Centro y Sur América tienen otras cuestiones: Sol, Luna, Estrellas, Jaguar, etc.) nos enfocamos hacia una cultura que divinizaba la Naturaleza con un enfoque “animal”: veneraban al halcón, al oso, al puma y claro está, a nuestro querido protagonista: el lobo.

Para estas tribus (sin entrar en detalles, es un post, no un libro) el paso de joven a hombre de los varones, requería de ciertas destrezas de supervivencia (entre ellas, la cacería); llegando incluso a existir leyendas de jóvenes que mataban osos grizzly a mano limpia (con cuchillos… diría yo). En fin, cuando un hombre lograba vencer el reto, se les permitía vestir las pieles de su presa, con lo cual, mostraban su hombría y su sabiduría. La cuestión, además, radica en que al vestir esas prendas, algunas eran consideradas talismanes (aspectos religiosos) que permitían al portador adquirir las “virtudes” de aquel animal. De ahí que en la tradición oral de estos pueblos, nos encontremos con historias de hombres que se convertían en lobos al llegar la Luna llena y que recorrían por grandes sabanas buscando presas para comer. Anotó usted: cazaba para comer, y sus presas no eran personas (eran liebres, ciervos, etc.). Dentro de este aspecto, un “hombre lobo” solo se convertía en la soledad, adentrándose en el bosque y volviéndose uno con la naturaleza. Como cazador aficionado, conozco de este tema, y no tiene que ver con ninguna “enfermedad” mental derivada de creencias míticas o religiosas. Todo el que ha cazado en bosques sabe lo mucho que uno desarrolla la “paciencia”, al permanecer inmóvil por largo tiempo; de igual modo, los sentidos se agudizan por el entorno, ya que desaparecen los ruidos cotidianos y la mente se enfoca mejor en los cambios del entorno. En este ambiente, el instinto humano de supervivencia se incrementa bastante, creo que de ahí les viene lo de la astucia para cazar del lobo. En este sentido, tenemos al lobo blanco: un espíritu que recorre el bosque, y que lleva consigo la mayor sabiduría y el entendimiento absoluto de las cosas (sin tiempo ni espacio).

Pero, por otro lado tenemos a la “Bestia de Gevaudan”. Otro continente y otra historia. Según tengo entendido, a mediados de 1764, en la región Francesa de Gévaudan (departamento de Lozère), comenzaron a ocurrir muertes de personas, literalmente, desmembradas. Sin ser muy descriptivos, hasta aquí no hay problema en la historia. El problemita es que nuestra “bestia” solo mataba humanos, y en especial, mujeres y niños, y se dice que mató a más de 100 personas. Si me sigue la corriente, sabrá que estamos frente a uno o varios asesinos en serie. Las muertes están documentadas, de eso no hay dudas; pero, el hecho de no haber atacado hombres (tenemos mayor fortaleza física) ni ningún otro tipo de animal, me indica a mí un perfil psicológico atribuible a un ser humano y no a un animal. Mataba regularmente cada dos o tres semanas, lo que indica regularidad en su modus operandi. Pero, debo abrir un espacio a la duda, es lo justo.

Según los dos o tres sobrevivientes/testigos, no se trataba de un lobo, sino de un animal más grande y de apariencia canina, y con un pelaje rojizo y largo, que caminaba en cuatro patas, “aunque podía erguirse en dos” y que tenía un hocico lleno de dientes enormes (no me pregunten como lo sabían). Una vez se expandió la noticia, comenzaron a llegar cazadores en busca de la recompensa para matar al supuesto monstruo. Leí que se encontraron huellas enormes, que era un sub especie de lobo de los Alpes gigante y “extinto” que mataba personas para comer (no se comió a nadie); que, durante meses mataron a cientos de lobos y que la Iglesia decía que era el “demonio” encarnado. Lo interesante era que supuestamente las balas rebotaban en su pelaje y en fin, fue una bala de plata (Plata: antiséptico externo) la que pudo matar a la “bestia”… el “tipo” hasta famoso se hizo (y Hollywood se encargó en darle promoción a lo de la bala de plata; aunque se ha usado la plata como parte de armas de combate desde hace siglos sin ninguna propiedad curativa sino venenosa… pero bueno, si usted cree que algo le hace mal, termina por creérselo).

Ahora bien, la parte interesante de la historia, no está vinculada a la “Bestia” muerta. Lo interesante es que las muertes continuaron después, con un similar modus operandi. Pero ahora, las víctimas femeninas eran “violadas” (los documentos de las autopsias lo confirman). Supe del caso de un médico que frente a los gritos de una mujer joven, acudió en su auxilio, y logró darle un disparo mortal a un hombre “vestido de piel de lobo” que intentaba violarla. Lo que nunca se ha abundado es sobre las violaciones y saqueos que realizaron los “Caballeros” del rey, cuyo capitán tuvo la suerte (embuste para justificar su estadía y sus delitos) de ver a la bestia “antes de que huyera”, ya que según ellos (enviados del rey) el animal “del tamaño de un caballo” era extremadamente ágil y veloz, por lo que era casi imposible de atrapar. (Creo que ahora lo llamamos chupacabra... otro disparate jajajaja... le haré su post algún día)

Según sé, el Rey Luís XV de Francia, pudo haber tenido sus “embullitos” con algunas mujeres de la zona, y “alguien” eliminó el fruto de esos “descuidos reales” (ese rey tuvo 10 hijos “reales” con la misma esposa… en esa época no había TV para entretenerse con otra cosa). Por otro lado, tenemos el elemento del “terror divino” infundido por la Iglesia de la época, al decir que ese “monstruo” era el mismísimo demonio, ya que su risa era casi humana (de ahí que se consideraran las Hienas como posible causa. Debemos recordar que a Europa se llevaron miles de animales “exóticos” de todas partes del mundo). En fin, he leído que hubo muchos imitadores de la “bestia”; pero, según tengo entendido, los escritos señalan que esos “caballeros” del Rey: violaron, mataron y robaron más que la supuesta “bestia”… ¿quién es más bestia?

Al final, solo me queda decir que: un siglo antes de los incidentes de Gévaudan, ocurrieron hechos similares en la ciudad de Benaís, también en zona central de Francia. Al igual que en nuestro caso, unas 100 víctimas, mujeres y niños. Y, de igual forma, después de la muerte de la “bestia” con la bala de plata, otras decenas de casos se sucedieron en todo el centro de Francia. Algunos les echan la culpa a los “gitanos” (a ellos les adjudican la maldicion de los hombres lobo... por estar comiéndo hongos alucinógenos), y a otros “hombres lobo”. Pero, soy de los que cree que todas esas personas fueron asesinadas por un solo motivo: o eran hijos y nietos bastardos de la realeza; o, los mataron para quitarles sus tierras. Por cierto, la maldición de los hombres lobo no existe; tenemos un abanico de posibilidades que van desde enfermedades mentales hasta alucinógenos, delirios e histeria colectiva. Usted elija.

P.d. Espero saber algún día la verdadera respuesta... sobre por qué asesinaron a tantas personas.

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